La historia de Juan Andrés Zurvera parece sacada de una película, pero ocurrió en pleno corazón de Sunchales, provincia de Santa Fe. Con apenas 13 materias aprobadas en la carrera de Derecho, el hombre de 31 años convenció a todos de que era abogado. Ni su propia madre se salvó del engaño.
Durante tres años sostuvo la mentira. Falsificó firmas digitales de jueces y camaristas, adulteró documentos judiciales y hasta montó un estudio jurídico con la ayuda de un profesional local, a quien también logró engañar. Así, estafó a sus víctimas por una suma que ya supera los $54.000.000.
El caso explotó cuando se supo que Zurvera no había dejado afuera ni a su círculo más cercano. Todos creyeron que había terminado la carrera, pero la realidad era muy distinta: ingresó a la universidad en 2014 y nunca pasó de las 13 materias aprobadas.
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A pesar de eso, Zurvera se convenció a sí mismo de que era abogado y montó una de las estafas más resonantes de los últimos años en la región. El fiscal Guillermo Loyola, del Ministerio Público de la Acusación de Rafaela, detalló que el falso letrado captaba personas con urgencias legales, les pedía adelantos de honorarios y gastos para juicios que nunca existieron. Mientras tanto, seguía cobrando y dilatando los reclamos con excusas y papeles truchos.
Solo entre enero y noviembre de 2025, los investigadores comprobaron que Zurvera recibió $18.000.000 en transferencias de sus clientes. En total, la causa ya suma 10 hechos de estafa, aunque siguen apareciendo nuevas denuncias y víctimas.
La historia sumó otro capítulo insólito: Zurvera llegó a ocupar la vicepresidencia primera del Club Unión de Sunchales. Cuando la Justicia lo acorraló con pruebas, el falso abogado se quebró. Lloró frente al fiscal y relató una historia de frustraciones personales y mentiras que, según él, empezó en su familia y terminó arrastrando a todos a su alrededor.
Pero el fiscal Loyola fue tajante: “No hay justificación para lo que hizo”. Zurvera fue imputado por estafas reiteradas, falsificación de documentos públicos y usurpación de títulos.
Su defensa, a cargo del penalista Sergio Fregona, intentó desligarlo de la acusación de estafa, pero la contundencia de las pruebas llevó al juez penal Javier Bottero a dictar prisión preventiva sin plazos. El juez fue claro: “Incluso un estudiante de Derecho con solo 13 materias podría darse cuenta de que esto fue una estafa”.
El escándalo no solo fue económico. Para muchos, la estafa fue también emocional. “Este muchacho se creyó su propia mentira. No se imaginan el daño que nos ha causado enterarnos de este engaño: sí, la plata la necesitamos, pero lo peor es la estafa emocional”, contó una de las víctimas.
Varios damnificados se endeudaron para pagar servicios que nunca recibieron y hoy buscan justicia. El Club Unión de Sunchales se despegó del caso con un comunicado: aclaró que los hechos son de índole personal y que ningún miembro de la comisión directiva estaba al tanto de las maniobras de Zurvera.