El dolor y el miedo no dan tregua en la familia de Jeremías Monzón, el chico de 15 años asesinado a puñaladas en Santa Fe. A casi un mes del crimen, sus familiares se reunieron con el ministro de Seguridad santafesino, Pablo Cococcioni, para conocer los avances de la investigación y pedir medidas de protección. “Vivimos con miedo, tememos que los involucrados nos ataquen”, reconocieron.
El caso sacudió a toda la provincia. Para los investigadores, el crimen ocurrió el 18 de diciembre, el mismo día en que se denunció la desaparición de Jeremías. Entre los acusados está su propia novia, una adolescente de 16 años que permanece detenida con prisión preventiva. También fue señalado un menor de 14 años, pero quedó fuera del proceso penal por ser inimputable. Un tercer sospechoso sigue prófugo.
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La familia de la víctima no solo enfrenta el dolor de la pérdida, sino también la angustia por la posibilidad de que los acusados recuperen la libertad. “Es durísimo saber que los responsables pueden quedar libres”, expresaron con impotencia.
Romina, la mamá de Jeremías, fue contundente: “Pido justicia. Pido que entiendan otras mamás que estos chicos están sueltos y que van a estar escolarizados con sus hijos”. Y agregó: “Ninguna pena es justa, nada me va a devolver a Jere”.
Actitud macabra
El abogado de la familia destacó que recibieron “respuestas concretas” de parte de las autoridades, aunque evitó dar detalles para no entorpecer la causa. Los familiares contaron que los acusados actuaron con “cinismo”, llegando incluso a ofrecerse para colaborar en los rastrillajes cuando el joven estaba desaparecido.
Mientras tanto, la investigación sigue su curso. La adolescente de 16 años continúa detenida, el menor de 14 años fue declarado inimputable y el tercer sospechoso sigue prófugo. La familia insiste en que necesita garantías de seguridad para poder seguir adelante.