“¿Chicos chori?”, “Al choripán chicos, al choripán”, seguro es una frase que escuchaste a la salida de algún partido de fútbol, de algún baile u otro espectáculo de gran convocatoria tanto en Córdoba como en otras provincias.
En un nuevo capítulo de “Laburantes del cuarteto” nos metimos en un día de trabajo de Noelia y Sergio, una pareja que hace diez años se dedica a la venta de choripán, oficio que se transmitió de generación en generación a partir del abuelo de la familia.
Cuando los bailarines se preparan para disfrutar del show de su artista favorito para descomprimir la semana o simplemente salir a disfrutar, ellos dan el puntapié y comienzan con los preparativos. Su jornada que normalmente se extiende de jueves a domingos. A diferencia de un trabajo más tradicional, su horario normal inicia a partir de las 2 y se extiende hasta las 7, cuando ya no queda nadie en las inmediaciones de los locales bailables. Si en el mismo día coincide un show o un partido de fútbol empieza más temprano.
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Noelia conforma una familia de cinco hermanos, todos abocados a la misma ocupación. Actualmente se encarga de transmitirle todos sus conocimientos a sus hijos para continuar con la cadena que inició por su abuelo y al día de hoy llegó a consolidarse. Lo particular es que una vez que se forma una pareja en la familia se “abre una nueva sucursal” y pasa a formar parte de un nuevo equipo de los “choripaneros”.
Para Noelia y Sergio lo que hacen es brindar un servicio a los bailarines y están en todos los detalles para que sus clientes queden satisfechos. Mercadería fresca, mesita junto a un gazebo y lámparas led a batería. “Antes usábamos farolitos, sol de noche con la mechita, ahora estamos evolucionados”, contó mientras aguardaba la llegada de los primeros comensales en inmediaciones de Sala del Rey. Adentro ya estaba cantando El Loco Amato.
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En busca de la formalidad
Con sus diez años de experiencia en el rubro de manera independiente, Noelia y Sergio conocen a su público y saben de antemano cómo será su jornada laboral. “Si es temprano sabemos que no se va a vender mucho, si el partido es a las 21 es un buen horario para trabajar”, expresó con respecto a su trabajo en las canchas de fútbol.
Si bien pueden llegar a calcular la cantidad de mercadería que necesitarán para cada noche, muchas veces el cálculo puede fallar. El objetivo cada vez de la pareja sale de casa es vender todos los choris aunque reconocen que hoy en día “no es la misma venta que antes”.
Al finalizar los bailes son muchos los puesteros que intentan captar la atención de los clientes por esoe es el momento de sacar a la luz sus técnicas de marketing. “Lo fundamental es el humo, es el llamador. Si no tiene humito es una parrilla muerta”, contó Noe. Además de la atención personalizada, los trabajadores ofrecen un plus que implementaron desde la pandemia: 14 centímetros de chorizo, lo que los hace destacar entre tanta competencia. “Gigante, barato y recibimos transferencia”, expresó entre risas Sergio.
Los héroes en las madrugadas
La venta de choripán en mesas en la vía pública es una de las actividades comerciales que todavía no se encuentran habilitadas ni reguladas en Córdoba. En relación a esta problemática, Noelia lamentó la situación y si bien reconoce que para la Municipalidad o la Policía suelen estar “mal vistos”, confesó que mantiene conversaciones con los responsables para ver la manera de “legalizar la mesita”. “Muchas familias vivimos de esto, lo hacemos con el corazón. Amo y disfruto mi trabajo, brindamos un servicio para la gente”, concluyó.