* Por Dahyana Terradas.
El 26 de marzo se celebra en Argentina el Día del acordeonista en homenaje al virtuoso maestro del acordeón Avelino “Niní” Flores, nacido en la provincia de Corrientes en 1966. En Córdoba, este instrumento forma parte del sonido típico del cuarteto característico.
“Hace 60 años que me aguanta”, dice Alberto López riendo mientras se abraza a su acordeón colorado.
A los 5 años descubrió su fascinación por este instrumento que le marcaría todas las etapas de su vida. Tenía unos vecinos que tocaban y de chiquito se acercaba a escucharlos.
A pesar de que sus papás pretendían inclinarlo más para el folklore, él estaba muy seguro de que lo que le gustaba era el cuarteto. En esa época, los bailes populares eran familiares y él iba con todo su clan: desde su papás hasta su abuela. A los 10 años finalmente logró convencerlos y comenzó a estudiar.
Los inicios
Su debut entre los grandes fue con José Sosa Mendieta, el cantor más famoso que tuvo el Cuarteto Leo, pero que por ese entonces acababa de dejar el grupo para formar su propia orquesta. Esa etapa duró hasta que fue llamado para hacer el servicio militar.
Antes de irse, le llegaron dos propuestas más que interesantes. Miguel Gelfo y Coquito Ramaló lo estaban buscando, por separado, para ser parte de los dos orquestas más importantes que tuvo el género en ese momento, Cuarteto Leo y Cuarteto de Oro, respectivamente.
A su regreso, Ramaló lo primereó y así es como terminó tocando cuatro veces por semana junto al joven Carlitos Jiménez, que cosechaba sus primeros éxitos a los comienzos de los 70', llegando a hacer 267 bailes en un año.
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Tras su paso por otras orquestas, en 1984 recibió el llamado de Manolito Cánovas para dar inicio a Trulalá. “Hacíamos característico, pero la impronta que hacíamos en ese momento con Héctor Nieves (pianista) y yo, fue algo raro y distinto a todos los Trulalá que salieron después, solo con tres músicos”, asegura. Allí también compartió banda con Gary, a quien veía como "un gran compañero".
En dos años, grabaron tres LP híper exitosos: "Mi tío es un Ají", "Esa gata me vuelve loco" y "A todo Trulalá".
Su carrera continuó siempre activa, grabando para grandes grupos. A fines de los 90' fue convocado a poner sus sonidos en el disco "Los verdugos de la Mufa" de Banda XXI, que incuye éxitos como "Qué bonito".
¿Qué creés que le aporta el acordeón al cuarteto?
- Le da fiesta, es un instrumento que puede hacer una música italiana muy triste pero muy linda, que llega mucho al cuore, y que también tiene fiesta para sacar a bailar a cualquiera.
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