Diego Maradona y Rodrigo Bueno tuvieron una amistad tan intensa como fugaz. El cantante siempre lo admiró futbolísticamente (como casi cualquier persona nacida en esta tierra) y el nexo se dio cuando en el año 2000, meses antes de partir, tuvo la oportunidad de conocerlo y cantarle a la cara una de las canciones más emotivas y auténticas que le hicieron al ídolo.
Sin embargo, no muchos saben que, si bien Rodrigo fue un gran compositor, "La mano de Dios" en realidad no fue escrita por él, sino por Alejandro Romero, su cuñado y hermano de Alejandra, su última pareja. Según cuenta a La Voz, un día escuchó cantar a su novia, también cantante, una canción compuesta por su hermano y le encargó que trabaje en este tema para él. Fue un 29 de febrero del año 2000.
Ellos no tenían mucha confianza y Alejandro nunca había hecho nada para este género, por lo que dudó en aceptar la propuesta. “Yo era de otro palo y me gustaba escribir más baladas, no conocía mucho de cuarteto. Le conté a un amigo y me metió muchas fichas, la verdad es que no había tomado mucha dimensión del fenómeno. Corté con mi amigo y empecé el viaje, porque así fue como lo viví”. indicó.
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Sin embargo, la inspiración no llegaba y comenzó a invadirlo la desesperación: "Empezaron a aflorar todos mis mambos: tenía 24 años, sin laburo ni oportunidades con la música, vivía con mi vieja, hacía mucho que no componía. Hasta que empecé a dudar sobre si me tenía que dedicar a esto. De hecho, en ese instante tomé la decisión de dejar la música: tiré la guitarra y me puse a llorar", cuenta.
En ese momento de angustia, el cuñado de Rodrigo acudió a una ayuda espiritual: "Aunque nunca fui muy religioso, ahí se me da por empezar una charla con Dios en la que le ruego que me diera una señal. Le pedí que me diera una mano; lo cuento y lo recuerdo como si fuera hoy, es emocionante. Ahí empecé a escribir algo que en ese momento para mí no tenía sentido: ‘En una villa nació, fue deseo de Dios, crecer y sobrevivir, enfrentar la adversidad, con afán de ganarse a cada paso la vida’", expresó, recordando el comienzo de la canción.
El día que Rodrigo escuchó el tema, Romero lo vivió casi como una profecía. Un tiempo antes del encargo, había tenido un sueño en el que se encontraba con Rodrigo y él lo ayudaba. El sueño terminaba con el cuartetero besándolo, lo que a él le pareció muy extraño ya que entre ellos no había una relación muy cercana. Sin embargo, ese día la imagen que había salido de su inconciente se volvió más real.
"Antes de que terminara la primera estrofa, me pidió que empezara de nuevo. Y así cuatro o cinco veces. Cuando por fin llego al estribillo, sale del baño empapado en lágrimas y me besa como en el sueño. Cuando la terminé de cantar, me tiró cual profeta: ‘Esta es la mejor canción para Maradona, la van a cantar todos, esto te va a abrir puertas, lo vas a conocer a Diego. Eso sí, me cagaste. Este va a ser mi último éxito’. Y agarra la hoja y le pone Inri. Así la registré en Sadaic días después: Inri, La mano de Dios. Y pasó todo lo que me había dicho".
A partir de allí, Alejandro pasó a ser parte de la banda de Rodrigo y vivió los últimos meses junto a él. La canción se convirtió en un éxito instantáneo. Solo faltaba que el Potro terminara de cumplir su sueño: conocer a su máximo ídolo y cantársela a la cara.
Por ese entonces, Maradona estaba viviendo en Cuba haciendo su recuperación de las drogas y no era tan fácil acceder a él. Fue gracias al programa de televisión El Rayo, conducido por Jimena Cyrulnik, que el 5 de junio el cuartetero viajó al país caribeño, siempre con las cámaras de televisión detrás. Después de un primer encuentro en el hotel, esa noche se reunieron en un restaurant de La Habana.
Unos músicos cubanos se habían aprendido rápidamente los compases del cuarteto. Cuando sonó el estribillo, Maradona se puso a bailar con su representante, Guillermo Coppola. Después se paró y anunció: "Que no se ofenda nadie. Pero ésta es la mejor canción que me hicieron".
Al año siguiente, Alejandro tendría la oportunidad de cantársela él mismo a Diego Maradona con su guitarra. Fue en el cumpleaños de Dalma, en su propia casa y frente a todo el entorno del futbolista: "Me invitó Claudia. De hecho, cuando apareció Diego, yo estaba tomando mates con ella y él preguntón quién era yo. Después canté algunos temas y él mismo me pidió que le cantara su tema. Luego fui a verlo a Cuba y hasta lo grabó conmigo para una acción solidaria en la que lo cantó en primera persona. Lo siente como propio", relató a La Voz.
Foto: gentileza La Voz del Interior.