Hablar con Alejandra Romero sobre Rodrigo siempre es hablar de amor. No tiene una palabra para decir en su contra y cuando lo menciona se le ilumina la cara. Ella fue la última compañera del ídolo y quien estuvo a su lado durante un año y dos meses hasta el día de su muerte.
"Cada mayo y junio todo vuelve a empezar", dice con lágrimas en los ojos. Este viernes 24 de mayo, el Potro cumpliría 46 años y su imagen sigue más presente que nunca.
El viaje al sur
Unos días antes del accidente, la pareja salió de gira para hacer unos shows en Comodoro Rivadavia, Río Gallegos, Río Grande y Ushuaia. Después les quedó un día para descansar y disfrutar de la nieve. Venían de visitar a Diego Maradona en Cuba y el cantante necesitaba airear la cabeza para definir su futuro.
Después de los 13 Luna Park, el cantante estaba agotado y había anunciado que se iba a retirar. Había recibido algunas amenazas del ambiente y quería bajar un cambio. El viaje le sirvió para recalcular: "volvió con más tranquilidad, pedía a gritos trabajar mucho menos", recuerda.
Rodrigo récord
Alejandra lo acompañó durante el período en que el cordobés se hizo leyenda. Ese abril del año 2000 le arrebató a Sui Géneris el récord de ser el artista con más convocatoria en la historia del Luna. Ella recuerda esos días como de mucha ansiedad, y sobre todo, mucho trabajo. Era la encargada de su vestuario: cada día tenía que lavar y planchar las batas, que terminaban empapadas después de la euforia.
A pesar de haber tenido asistencia perfecta, no pudo ver ni uno de los shows completos, ya que estaba en el detrás de escena preparando cada detalle. "Me hacía escapaditas para ver", cuenta. Después de los primeros conciertos, Rodrigo hizo poner un televisor en el camarín.
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Tras esas noches inolvidables, solo volvió una vez al mítico estadio porteño, por una invitación de El Polaco para cantar "Figurate tú" a la que no podía decir que no. Junto a Cuarteteando, la cantante volvió a caminar por la esquina de Corrientes y Bouchard. "Volver al Luna es acunar esos recuerdos, abrazarlos y llegar a la conclusión de que no hay otro como él", dice, con una sonrisa en la boca que no se le borra.
En su relato destaca la alegría del Potro por llegar a ese número de conciertos: "El 13 era el número de Rodrigo, para él era de buena suerte, fue magia".
Para terminar, Alejandra rescata algo que ya todos sabemos, pero que nunca está de más recordar: "Rodrigo nos hace falta, después de tanto tiempo. Es lo que él ha cosechado. Sigue vivo en el corazón de todos nosotros".
+ Mirá la primera parte de la entrevista con Alejandra Romero: