Carlos Ignacio, más conocido como “el Pipi”, es fanático de La Mona Jiménez y reveló una increíble historia. Tras pasar tres meses internado por Covid en grave estado y con asistencia respiratoria, Lucía Arapa, enfermera del Hospital Rawson, lo ayudó muy especialmente.
Hace 20 años que Carlos lleva en la piel un tatuaje de La Mona en el brazo izquierdo y Arapa se lo descubrió. En ese momento, tuvo la brillante idea de cantarle la canción “Amor pecador” en el oído, y fue ahí cuando éste comenzó a recuperar de manera sorprendente sus signos vitales.
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“Me hice primero el rostro y una vez volviendo de trabajar, de vender en la calle, me encontré a La Mona en un programa de televisión, me lo firmó y me lo tatué también ahí nomás”, contó Carlos en Arriba Córdoba. Las palabras que le dedicó el artista fueron: “Para el Pipi, de corazón a corazón, La Mona”.
Según el médico, cuando Lucía empezó a cantar le mejoró la oxigenación y la frecuencia cardíaca. “En sus ratos libres ella iba y se avocaba un rato a mí a cantarme. Yo no me acuerdo, estaba todo sedado, es más, todavía no la conozco y en algún momento la vamos a conocer para agradecerle todo lo que ha hecho”, expresó Carlos.
La mamá de Carlos detalló que todo se dio a conocer cuando una sobrina le preguntó a dónde tenía un tatuaje el pipi, porque una enfermera lo había visto y le había empezado a cantar. Carlos concluyó relatando que lo que le pasó fue algo “increíble y hermoso” y que ahora está en “plena recuperación tratando de volver a caminar y de ser el mismo de antes”.
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Ahora, mientras se recupera, Carlos necesita ayuda para la rehabilitación. Lo más urgente es conseguir un fisioterapeuta que lo atienda además de gasas iodoformadas y pañales para adultos.
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