En Córdoba, hay un club por cada barrio y cada club tiene su baile de cuarteto. Grandes salones que vieron pasar varias generaciones de bailarines y fueron testigos de la historia de nuestro género.
Gracias a su impulso, las instituciones crecieron permitiendo que se desarrollen otras actividades deportivas, artísticas y culturales, haciendo de los clubes el epicentro del contacto social de las barriadas cordobesas. En Cuarteteando nos propusimos recorrerlos uno a uno y contar su historia.
+VIDEO: Los templos cuarteteros de Córdoba
LAS PALMAS
El Club Las Palmas se encuentra en el Oeste de la Ciudad de Córdoba y fue fundado en el año 1933, en el barrio del mismo nombre. Es uno de los más antiguos y su historia está ligada desde los inicios al fútbol, ya que su equipo juega en la Liga Cordobesa desde 1947.
En los 80' se empezó a usar su salón principal como centro de bailes de cuarteto, la época dorada del club. En 2004, tras la tragedia de Cromañón, como muchos otros centros bailables fue clausurado y le costó readaptarse a las nuevas exigencias para espectáculos públicos.
Acá debutó: La Barra (1994), Jean Carlos solista (1996), Sebastián y Cachumba. En 2018, volvió la pista de baile y "la banda más grande de Córdoba" fue la encargada de reabrirlo.
Las Palmas tiene grandes recuerdos de noches que fueron un furor en el cuarteto de Córdoba. Quién no recuerda, los bailes de Jean Carlos, Trulalá y Cachumba en este mítico club de barrio cordobés.
PLAZA DE LA MÚSICA (LA VIEJA USINA)
El edificio de la Vieja Usina se construyó en 1910 y acá funcionaba una usina que proveía de electricidad a la ciudad de Córdoba. Con una ubicación estratégica a metros del centro, desde hace décadas es uno de los lugares más populares, al que todas las bandas quieren llegar.
En 2012 se le cambió el nombre a Plaza de la Música.
ESTADIO DEL CENTRO
Este es vecino de la Plaza (se encuentra a solo 100m) e históricamente se pusieron de acuerdo en sus horarios de cierre para que no se crucen a la salida los públicos de distintas bandas.
Originalmente era una fábrica, hasta que en 1981 se comenzaron a hacer espectáculos en vivo de rock nacional. El primero en tocar fue León Gieco. Un año después comenzó a escribirse ahí la historia del cuarteto. Son recordadas las matinés de Pelusa, que se convirtieron en uno de sus clásicos.
En 2014, se bautizó el escenario como Carlos La Mona Jiménez, que toca ahí desde 1984 y hasta antes de la pandemia hacía 2 bailes por mes.
LA SOCIEDAD BELGRANO
Desde sus inicios, el club acompañó y abrazó a las familias que formaron parte y que dejaron su huella en la esquina de Alem al 1700. Por allí pasaron practicamente todas las grandes bandas de la historia del cuarteto. Desde el Cuarteto Leo hasta la Mona Jiménez que, hasta el comienzo de la pandemia, se presentaba sábado de por medio en ese escenario.
Acá debutó: La Barra (1994), Jean Carlos solista (1996), Sebastián y Cachumba. En la actualidad, Dale Q'Va es el grupo con más continuidad de bailes en la Sociedad Belgrano.
El escenario de Manolo
En 2009, como reconocimiento a los grandes bailes que allí se realizaron, el escenario fue rebautizado durante un show de Trulalá con el nombre de "Manolito Cánovas".
Pero la Belgrano no es solo un lugar bailable. De lunes a sábados se desarrollan ahí todo tipo de actividades culturales y deportivas: fútbol, básquet, karate, patín, gimnasica rítmica y artística, voley, entre otros, y hasta tiene una pileta climatizada y una biblioteca.
Hoy, la Sociedad está más coqueta que nunca. Con sus instalaciones renovadas para seguir recibiendo a los bailarines, que fin de semana tras fin de semana se acercan a barrio Talleres Oeste en busca de diversión.
ATENAS
En el corazón del barrio general bustos se encuentra la Asociación Deportiva Atenas. Se fundó en 1938 y siempre se caracterizó por su equipo de básquet, que es uno de los más importantes del país.
En sus primeros años se hacían bailes de música moderna, organizados por una radio y a cargo de Enrique del Campo y Daniel Martel.
En los 70 empezó ahí a bailarse cuarteto, de la mano de los "cuatro grandes". Entre los 90 y los 2000, los bailes mas populares eran los de trulalá y la Mona Jiménez, que pisa esos escenarios desde sus primeros tiempos con el Cuarteto de Oro. En el último tiempo, Damián Córdoba, Q’Lokura y La Konga. Desde el año 2016, el escenario lleva el nombre de Ulises Bueno.
VILLA RETIRO
En la afueras de la ciudad, del otro lado de circunvalación está el Club Villa Retiro. Este club se fundó en 1943 y nació de la mano de los shows cuando tan solo era una pista de tierra y algunas paredes, un típico escenario de los bailes rurales. De a poco se fue levantando gracias a la ayuda de los vecinos de la zona.
El maestro Heraldo Bosio, que con su orquesta participaba de los primeros bailes, fue uno de los que financió la obra para realizar el techo.
De los primeros bailes participaba el Cuarteto Leo, Carlitos Rolan y, en los 80' y 90' el que más vino fue Chebere. Más adelante al este se convirtió en el templo de La Barra, el grupo que más bailes hizo en esta nueva era.
SÚPER DEPORTIVO
En la Avenida Bulnes, al pasito de las vías está el Súper Deportivo. Algunos dicen que este es el lugar que más bailes de cuarteto albergó desde la década del 70. Y no solo de cuarteto, ya que por allí pasaron otros artistas como D’arienzo, Palito Ortega y Sandro.
A los pocos meses de salir como solista, La Mona ya pisaba estas tablas y lo hizo por más de 20 años hasta dejó de tocar 2002, tras su pelea con Emeterio Farías.
Por el GIGANTE DE LO SÁBADOS pasaron prácticamente todos: desde los 4 grandes hasta cachumba, Trulala , Damián cordoba , Ulises Bueno
En 2012, el mismo Emeterio fue quien entregó la placa y bautizó este escenario como Cristian Abel Amato.
SARGENTO CABRAL
Esta es prácticamente la segunda casa de La Mona Jiménez, aunque no fue el único que hizo bailes acá. En la esquina más famosa de San Vicente se baila cuarteto desde 1967, época en la que tocaban los cuatro grandes: Carlitos Rolán, La Leo, Cuarteto de Oro y Cuarteto Berna.
En este lugar, la Mona hizo su segundo baile como solista en 1984, y desde ahí nunca dejó de ir. Más adelante, se institucionalizaron “los viernes de la Mona” y se convirtió en el clásico que más duró en la historia del cuarteto. Hoy, es un gigante dormido. Desde que comenzó la pandemia, solo abrió sus puertas para convertirse en un vacunatorio.