A Nelson Aguirre, la cuarentena lo agarró de vacaciones. A principios de marzo, La Konga hizo una pausa en sus bailes y, cuando todavía nadie se imaginaba este presente, viajó con tres amigos a Santa Catarina, Brasil.
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Cuando faltaban tres días para volver, la cosa empezó a ponerse complicada. Si bien en el país vecino todavía no habían puesto muchas restricciones, las noticias les llegaban desde Córdoba y decidieron volverse antes. "Salimos antes de que se cerrara la frontera y nos mandaron directamente a casa", cuenta.
Al llegar, decidieron hacer la cuarentena juntos para proteger a sus familias. Con dos amigos de Villa Dolores y Alan, acordeonista de La Konga, conviven en un departamento y se dividen las tareas para asegurar una buena estadía. "Estoy sorprendido por la armonía que hay entre nosotros, uno cocina, el otro lava los platos, el departamento lo mantenemos limpio y prolijo", explica.
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Para pasar el tiempo miran series, juegan a las cartas y hacen música. Por las tardes, salen al balcón y regalan algunas canciones a los vecinos. "A las 21, después de los aplausos, nos ponemos a tocar y la gente se prende desde los edificios", cuenta. "Después de esto nos vamos a extrañar", bromea.
La tecnología es el gran aliado de todos en la cuarentena: "Por suerte tenemos las redes sociales para llegar a mucha gente, mantener la comunicación con nuestro público". Y eso es lo que más se extraña, el estar cerca de los suyos, el trabajo, la rutina y soñar con el primer baile después de esto: "Se extraña el escenario, el contacto con la gente, va a ser emocionante volver".
Y mientras todos estamos encerrados en casa, haciendo lo que tenemos que hacer para cuidarnos entre todos, imposible no pensar en el día en que podamos volver a salir. "Lo primero que voy a hacer es ir a Villa Dolores a ver a mi familia, me quieren ver, me necesitan", sueña.