Con el objetivo de mirar atrás y volver a sus orígenes, Lisandro Márquez visitó la casa en la que vivió desde los tres años y transitó su infancia y adolescencia. En la vivienda de Argüello, el cantante vivió hasta los 26 junto a su familia, compuesta por sus padres y tres hermanos.
Con un dejo de nostalgia, hizo un recorrido recordando cada rincón, las habitaciones de cada integrante de su familia, la sala de estudio (donde recordó que solía cantar y ensayar con su papá Patricio), la cocina y el patio, donde recordó los asados que solían hacer con artistas del folklore y también del cuarteto, en la casa que actualmente vive la familia Guantay.
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En un escenario improvisado en el garage de la vivienda, dio un minirecital para los vecinos que se acercaron a compartir el momento. Entre tema y tema, dialogó con los presentes y con sus fanáticos, que lo seguían todo a través de las redes sociales.
Fue en esa casa donde al Licha se le despertó la curiosidad por la música. A los ocho años, su papá, que se dedicaba al folklore, lo llevó a cantar por primera vez en público, en un pueblo del norte, cuando lo hicieron subir a un escenario y debutar en el canto con "Bonita como el lucero".
Además, recordó una travesura de cuando era chico, cuando con sus amigos subieron a un taxi en el Cerro de las Rosas para volver al barrio y cuando llegaron se bajaron dos cuadras antes y salieron corriendo sin pagar. La anécdota terminó bien para el taxista, que reconoció a los jóvenes y los fue a buscar a la casa. Los padres del Licha tuvieron que pagar el viaje y darle una lección a su hijo.
Sobre el final, el cuartetero expresó su amor por regresar al lugar que fue su hogar tantos años y recordó a los amigos que ya no están al igual que a su hermano. Al mismo tiempo, agradeció a la familia Guantay por abrirle las puertas del lugar con buena predisposición y cerró el acústico cantando "Ella".