Esilda Rufino, madre de La Mona Jiménez, murió este domingo por la noche. La mujer tenía 93 años y falleció a causa de problemas cardíacos tras pasar cinco días internada grave en un hospital.
La mamá del mandamás vivía en un geriátrico porque necesitaba cuidados específicos para su salud física y mental. Si bien gozaba de una lucidez envidiable, la depresión la afectaba por pérdidas familiares de los últimos años y aún no había podido volver a caminar tras haber sufrido una fractura de cadera.
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Por la pandemia, Esilda pasó sus últimos meses casi sin contacto familiar ya que todos optaron por mantener distancia y minimizar cualquier tipo de riesgo de contagio del coronavirus. Debido a su delicado estado de salud, el COVID-19 podía afectarla de forma severa.
Un sueño sin cumplir
En octubre de 2020, para el Día de la Madre, Cuarteteando habló largo y tendido con la madre de La Mona, quien abrió su corazón para contar todo sobre su vida y la de su hijo.
En aquella ocasión Esilda tenía un sueño claro al que aspiraba, pero la pandemia no le permitió cumplirlo y la muerte la alcanzó antes de tiempo. "Estoy desesperada por volver al baile, esa es mi esperanza. Ojalá que mi hijo pueda festejar sus 70 años sin pandemia y con toda su gente. Ahí estaré en primera fila, mirándolo", reveló.
“Estoy desesperada por volver al baile y mirar a mi hijo”
La mujer se ilusionaba con poder estar mejor para el 11 de enero de este 2021, que fue el día del cumpleaños nº 70 de su hijo, y se imaginaba un festejo a puro baile y con el calor de los fans. Sin embargo, por el coronavirus eso fue imposible. “Aunque sea en cuatro patas, voy a estar ahí”, había dicho con esperanza de salir adelante y superar la pandemia.
Durante toda su vida Esilda fue una fiel seguidora y hasta los últimos años era habitual verla presente en los bailes, ubicada en primera fila, cantando y bailando con los temas del Mandamás.
Desde una silla de ruedas y aún sin poder volver a caminar, la madre de La Mona le contó aquel día a Cuarteteando lo importante que era su hijo y su música para ayudarla a sobrellevar el aislamiento: "Tuve un año terrible, si no fuera por mi hijo y su alegría que me contagia apenas lo veo o lo escucho, sería más difícil".
El recuerdo de su última entrevista
- "Carlitos vivía arriba de los árboles y él decía que era Tarzán. Pero sus amigos lo cargaban y le decían que más que Tarzán era la mona Chita. Venía a casa llorando. 'Mamá, me dicen que soy la mona' y yo lo consolaba. Nadie esperó que eso le terminara trayendo tanta suerte, porque mi hijo nació con la suerte de su lado".
- "Es muy emocionante que lo quieran tanto, no hay persona que hable conmigo que no me diga que lo quiera y que tuve suerte de tenerlo".
- "Él empezó como todos los niños, jugando. Yo vi que le gustaba tanto la música que lo mandé a Andrada, un profesor de música que vivía en la calle Jujuy, al frente de la Leo. Ahí se hizo amigo de Eduardo (Gelfo). Un día me llamaron por teléfono para que lo escuche, estaba ensayando con la Leo".
- "Un día vino a casa y nos preguntó qué queríamos que hiciera: la música o el trabajo. Nosotros le preguntamos: ¿A vos qué te gusta? 'Cantar', nos respondió. Y bueno, dejá el trabajo y andá a cantar, le dije".
- Esilda, ¿qué creés que sacó tu hijo de vos?
- “Las ganas de cantar, yo cuando era joven cantaba, pero en mi casa, como todas las mujeres. Cantaba cuando limpiaba, cuando arreglaba la casa, él me escuchaba y hacía lo mismo. La personalidad la sacó al padre, él era muy musiquero, tucumano y alegre, en casa era todo música, de ahí viene su espíritu alegre. Aunque en lo físico, Carlitos se parece más a mí y a mi mamá”.
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- ¿Cuál es tu tema favorito, el que más te emociona escuchar de él?
- “Me gusta mucho ‘Oh mami’, pero cuando canta ‘Madre soltera’… ese tema me lo adjudico yo, siento que me lo está cantando directamente a mí”.
- ¿Alguna vez te pesó ser la madre de La Mona?
- “Jamás sufrí por ser su mamá. Él es muy positivo, alegre y contagia alegría. Siempre tuve fe en que Dios lo iba a ayudar. Nació con toda la suerte del mundo y uno se acostumbra a la suerte”.
- ¿Cómo te llevás con Juana?
- “Tengo tres hijos y tuve seis nueras. La mitad de ellas no me quieren mucho, porque yo siempre los tapé. Nunca tuve ningún problema pero ella siempre me tuvo desconfianza porque veía que yo lo cubría. Pero yo no iba a ser la que le vaya con el cuento. Yo nunca voy a ir en contra de mi hijo”.