"Entre Olmos y Maipú de mi Córdoba querida", de esta manera, La Mona Jiménez homenajeaba al Bon Q' Bón a mediados de los 80', histórico local del centro de la ciudad. La "oficina cuartetera" volvió a vivir un día "como los de antes" y reunió a grandes figuras del ambiente del tunga tunga.
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Como en cada martes, cuando todavía no existía Whatsapp ni celulares, la institución volvió a cobijar a los artistas en el marco por los 80 años del Cuarteto. En aquel entonces, se acercaban al lugar esperando escuchar el sonido del teléfono y que del otro lado una voz pidiera por ellos para coordinar un show.
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Recuerdos, nostalgia, historia y mitos que todavía perduran en una de las esquinas más famosas de Córdoba. Victor Hugo Oscar, mozo de hace más de 40 años del lugar, recordó las visitas constantes de algunos ícono populares como Hemeterio Farías, Aldo Kustin, Heraldo Bosio, entre otros.
A casi medio siglo de su inauguración, el mítico local recibió un reconocimiento en conmemoración a su historia. "En reconocimiento al barcito Bon Q' Bon, un lugar de cita para una canción, sos un pedacito de mi corazón. ¡Eres parte de la historia del cuarteto cordobés!".
La historia del Bon Q' Bon
El mítico local abrió sus puertas en 1974 de la mano del comerciante Rodolgo Micolini junto a dos socios. Su nombre significa “Bueno que Bueno” en portugués (aunque mal traducido) dando inicio a un “punto de partida hacia un viaje de ilusión”. El lugar tuvo la particularidad de recibir a su clientela los 365 días del año durante las 24 horas del día.
Por ese entonces los cuarteteros, folkloristas, trabajadores del radioteatro, locutores, sonidistas y demás, que salían de la antigua radio LV2 ubicada a mitad de cuadra, se juntaban en el bar porque era el único lugar donde tenían teléfono, medio clave para los artistas.
En 1983 el bar cambia de dueño hasta que termina en manos de Fernando “Payo” García. Años más tarde decide llamarlo “New Bon” por problemas legales. A fines del 2004, luego de que La Mona volviera a regrabar en vivo la canción Bon que Bon, el barcito regresó a su antiguo nombre, el cual conserva hasta la actualidad.
En el año 1987, el autor y compositor cuartetero Aldo Kustin, como era su costumbre habitual, se ubicó en la mesa central del bar e inspirado comenzó a escribir la letra de la canción dedicada al famoso lugar a modo de homenaje. La misma fue interpretada tiempo más tarde por Jiménez, grabada en vivo en el disco “En Vivo en el Estadio Atenas”.
Casi medio siglo de vida y el barcito continúa firme compartiendo sus recuerdos. Las paredes del local son un fiel reflejo de las grandes figuras que tuvieron su paso y dejaron su huella tanto en el lugar como en la historia de la música popular de Córdoba.
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