Ulises Bueno fue uno de los artistas que prefirió poner en pausa su carrera durante toda la pandemia. Casi no apareció en público y pasó la cuarentena con su grupo familiar más cercano: Betty y su hermano Flavio.
"Estuve pasándola bastante feo”, cuenta sin tapujos, mientras repasa en su cabeza lo difícil que fue para él estar encerrado: "Soy una persona que tuve muchos obstáculos en la vida, muchas cosas que me han pasado y superar esta situación de encierro es volver a caer en esa depresión", asume.
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"Tuve mucha lucha con las adicciones y dije, otra vez, no, no es lo que quiero para mi. Estuve en una lucha constante por poder sobrevivir en casa y pensé que no se volvía más ni iba a poder tener la oportunidad de subir a un escenario", cuenta.
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En ese tiempo además, su mamá sufrió un accidente que le hizo replantearse muchas cosas. Se quebró la cadera y un brazo en una caída y estuvo en la cama 2 meses sin poder levantarse: "Eso me hizo pensar que, si no estuviese yo, que pasaría con mamá. Valorar un poco más a la vieja, saber que todos tenemos errores. Ella necesita mucho de nosotros y hay que estar, porque después cuando se van las extrañamos y nos replanteamos por qué no estuvimos", reflexiona, mientras se convence de que, en definitiva, estar en casa le sirvió para poder cumplir ese rol de hijo que hoy lo deja tranquilo.
Streamings, mejor no
A pesar de las expectativas que había, el cantante se negó a hacer bailes virtuales mediante streamings: "No me sentía pleno, ni cómodo estar yo solo y sin público. Yo soy una persona que depende mucho de la gente, de ese ida y vuelta del afecto, de dar y recibir, el aplauso es muy importante, que canten tus canciones y estar pendiente de lo que hago en el escenario”, explica.
Algunas noches, de manera casera y solo con su celular, se conectó en vivo para charlas con sus fanáticos, pero decidió no pararse frente a una cámara y solo lo hizo una vez como invitado de su prima Magalí: “Uno genera una química con el público que en el stremaing no se ve ni se siente, es muy frío, es como un ensayo pero sin tener que preparar cosas nuevas".
"Fueron dos años cantando sin parar casi todos los días, y de golpe no poder volver a estar en un escenario fue muy fuerte", añade.
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Este fin de semana, el cuartetero se reencontró con su banda. Con algunas caras nuevas, volvieron a ensayar y preparan canciones para volver.
“Vuelvo con toda la energía y las ganas. Con la familia recuperada que son los músicos, quienes me acompañaron durante tantos años y nos reencontramos bien, tuvimos lindas conversaciones. Queremos pelear por hacer de nuevo lo que amamos”, cuenta entusiasmado y ya piensa en ese cara a cara, pero con su gente: "Se que va a ser muy emocionante y especial. Vamos a encontrarnos de a poco con todos. Hay gente que nos extraña y necesita de nuestra música, sentirse identificado con nuestras canciones y nuestra historia de vida. A veces te ven como un ejemplo de superación y creen que uno es fuerte y por ahí uno no es fuerte sino que es un buen artista", se ríe.
"No creo que esto vuelva a ser como antes, la pandemia cambió el mundo, y va a tardar mucho tiempo en volver a reencontrarnos bailando y disfrutando como era el baile. Va a ser distinto y entristece mucho no tener la posibilidad de estar con todos los uliseros, pero lo importante es volver".