Tiffany Li, una mujer de 31 años, está presa en la penitenciaria de la ciudad norteamericana de San Francisco. Está sospechada de ser la autora intelectual de un crimen. Se le adjudica que fue ella quién mando a su novio y a otro hombre, a matar al padre sus dos hijos. Ella dice que es inocente.
Para la fiscalía, el motivo de dar muerte a Keith Green fue el temor que tenía la imputada de perder la custodia de los niños.
La audiencia pública está prevista para septiembre. Pero el juzgado le permite a Li salir de prisión con una cifra de dinero sin precedentes: 37 millones en efectivo o un aval en propiedades equivalentes a los 70 millones de dólares.
La familia de la presa tiene vinculaciones con amigos adinerados y socios ricos. Por eso, la madre recolectó (y ofreció para liberar a su hija) 4 millones al contado y propiedades por valor de otros 61 millones.
Hay que esperar para saber si la justicia acepta el ofrecimiento. De tener una respuesta positiva, aunque monitoreada permanentemente, Li podrá esperar el juicio en su casa.