“Nos ha enseñado lo que son las ganas de vivir”. Así definieron en el geriátrico de Alta Córdoba a María Luisa, la cordobesa que este viernes cumplió 105 años.
En Seguimos en El Doce la centenaria aclaró que en realidad ella es al menos dos años mayor pero que su padre se demoró en anotarla en el registro civil. “Tengo esos años más pero no los puedo justificar porque no está en los papeles”, bromeó.
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Al ser consultada sobre el secreto de su longevidad, la abuela precisó que nunca tomó ningún tipo de recaudo especial. Sobre su dieta, dijo: “Toda la vida comí comida común y a veces ni comida había”.
Aunque aclaró que siempre tuvo el mismo fanatismo por una bebida: “Tomo vino tinto, patero y riojano, no me gusta ninguna bebida blanca”. ¿Será esa la fuente de su juventud?
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Por otro lado, reveló que su principal pasatiempo es recitar poesía y hasta se animó a decir unos versos al aire: “En la cruz de aquel camino quedó sellado mi destino. Las blancas piedras lloraron al ver tu desamor y que no te diste vuelta ni siquiera para mirarme. Pasaron los años y yo volví al camino en donde estaba mi destino y las pobres piedras seguían llorando”.
Justo antes de soplar las velas de la torta contó qué deseo iba a pedir. “Un poquito más de vida para disfrutar”, cerró con una gran sonrisa.