La tranquila madrugada de la ciudad de Olavarría, en Buenos Aires, se vio alterada por la presencia de una bestia salvaje que no suele aparecer entre los vecinos.
El inusual episodio alertó y aterró a todos. Fueron los propios ciudadanos quienes dieron aviso a la Policía. El animal tenía una silueta muy parecida a un zorro o un perro más grande de lo común.
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Advertidos por la gente, a la zona acudió personal de Defensa Civil y Bomberos Voluntarios. Los especialista lograron confirmar que se trataba de un aguará guazú, una especie en peligro de extinción y que no es autóctona de la llanura pampeana hace cientos de años.
Lo cierto es que la presencia de la bestia deambulando por los barrios llamó mucho la atención. Las tareas para resguardarlo no fueron sencillas. Demoraron varios minutos en atraparlo y un bombero fue mordido, por lo que debió ser atendido en un hospital zonal.
Luego de ser enjaulado, el animal fue derivado al Bioparque La Máxima, donde recibió atención veterinaria. "Cuando nos convocaron realmente no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar porque el animal no estaba identificado", explicó Julián Simón, profesional de La Máxima.
Al principio pensó que podía ser un zorro o un perro, pero se llevó una gran sorpresa: "Una vez que llegamos a donde estaba y lo visualizamos me di cuenta que era una aguará guazú". Detalló que el mamífero estaba "estresado y nervioso" y por eso quizás atacó al agente.
Simón anticipó que el aguará guazú será enviado al Bioparque Temaikén, en Escobar, donde "tienen mayor infraestructura y pueden darle un recinto correspondiente". "Hay que saber si se trata de un animal doméstico o si vino bajando desde el litoral", amplió.
El aguará guazú es el más grande de los zorros sudamericanos con presencia en las provincias de Corrientes, Formosa, Chaco, norte de Santa Fe y Córdoba, este de Santiago del Estero y sur de Misiones, y está catalogado a nivel nacional como especie amenazada y está incluido en diferentes programas y políticas de conservación de la fauna silvestre.