La actividad consistió en pintar con distintos colores el cuerpo del caballo de pelaje claro. Con una pintura lavable le rayaron el lomo, las patas y la cabeza. Le sacaron fotos y las publicaron en las rede sociales.
La críticas y el repudio se apoderaron del posteo. La gente cargó contra los docentes que ensayaron una respuesta poco convincente. “Lo hicimos con fines pedagógicos”, trataron de explicar.
La activista por los derechos de los animales Ana Paula Vasconcelos, integrante de la Orden de Abogados de Brasil (OAB) defendió al animal. “Dijeron que era una actividad pedagógica, que era un caballo rescatado, pero eso no es justificación. La crueldad es la misma", advirtió en el diario O Globo.
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El responsable de la Escuela de Equitación, Muriell Marques, aseguró que la pintura no es nociva ni para el animal, ni para los niños. "Se ve que el caballo estaba tranquilo, que no estaba estresado", destacó.
Fiscales del Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) le pidió a la colonia el plan pedagógico que justificó la iniciativa, así como una evaluación veterinaria del caballo antes de que el organismo se pronuncie sobre el asunto.