A fines de enero, en pleno invierno boreal, muchas partes de Estados Unidos suelen estar cubiertas de nieve. Tal era el caso de la Interestatal 70 a la altura del Cañón del Colorado, en donde el conductor de un coche funerario sufrió un accidente de tránsito que casi termina en tragedia.
Mientras conducía, otro vehículo hizo una maniobra peligrosa cerca de un túnel, por lo que el chofer tuvo que volantear y se desvió del peligroso camino. Según declaró a la Policía, cambió de carril para evitar un choque, pero perdió el control y colisionó con la barrera que separaba la carretera de un precipicio.
En ese momento sus ruedas delanteras quedaron colgando y el auto estuvo cerca de caer al vacío, en plena noche y con temperaturas muy bajas. Pero gracias al peso del ataúd y el cadáver que estaban en la parte trasera del vehículo, el contrapeso evitó que se desbarrancara.
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Al menos eso cree el conductor, quien no quiso mostrar su cara en una entrevista pero afirmó a CBS News Colorado que para él sin dudas fue eso lo que le salvó la vida.
Llamativamente el cuerpo trasladado era de una persona que había donado sus órganos para salvar vidas.