“Prefiero estar preso que en casa”, le dijo Lawrence Ripple a su mujer después de una discusión, si bien es una frase de esas que se dicen en el momento de una pelea, este hombre estadounidense de 70 años amenazó y cumplió.
Salió de su casa directo a una sucursal de un banco en Kansas, allí le dio a un empleado un papel en el que le advertía que estaba armado y le exigía todo el dinero que tuviera en la caja.
El botín eran alrededor de tres mil dólares, pero Ripple no se escapó, todo lo contrario, se sentó en la puerta del banco y esperó a que llegara la policía, ya que quería ir a la cárcel, antes que volver a su casa.
La Policía no podía creer al escuchar la confesión del hombre, de la causa por la que había asaltado el banco.