El 23 de julio de 2022 fue una de las fechas más tristes en la vida de Eugenia. Mientras la joven estaba trabajando uno de sus mejores amigos, su perro Cash, cavó un pozo en el jardín de su casa de Del Viso (Buenos Aires) y se marchó.
“Fue como si se lo hubiera tragado la tierra”, detalló a Infobae su cuidadora. Y contó que buscaron al ovejero por todos los medios posibles.
“Empezamos pegando carteles por todos los barrios cercanos, avisando a las guardias de los barrios privados, recorrimos todas las veterinarias porque él tiene un tatuaje por el pedigree y entonces pensamos que quizás alguien podría encontrarlo y llevarlo a la veterinaria”, relató.
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También recorrieron refugios y crearon una página en Facebook para recolectar información de cualquier persona que tuviera datos sobre su paradero. Ofrecieron recompensas y difundieron sus teléfonos.
En el proceso dieron con muchos otros perros pero ninguno era Cash. Aún así, no los dejaron abandonados y en dos oportunidades se tomaron el tiempo de encontrarles un nuevo hogar.
La odisea llevó a Eugenia a recurrir a métodos inusuales. “Desesperada, busqué todas las respuestas: hice biodecodificación, comencé en ese mundo espiritual y hasta fui a que me tiraran las cartas... En todos los casos siempre me decían ‘este perro no está muerto, este perro está en este plano’”, detalló.
Final feliz
Pasaron 10 meses y Eugenia empezó a perder las esperanzas. Después de que le surgiera una oportunidad laboral en el extranjero y se mudara a España tuvo que suspender la búsqueda.
Pero cuando todo parecía perdido ocurrió lo impensado: Cash volvió solo a su hogar. “Apareció en la puerta de mi casa. Mi mamá había llegado del trabajo y ve a un perro pastor alemán en la esquina y frena el auto, se miran los dos”, dijo su dueña.
Y agregó: “Él fue corriendo hasta la puerta y se le trepó arriba del auto, mi mamá estaba impactada. Arrancó, hizo media cuadra, llegó al portón y el perro la siguió, esperó y entró”.
A más de 10 mil kilómetros de distancia Eugenia recibió las buenas noticias y muchas fotos de su compañero.
Horas más tarde se reveló el misterio de la prolongada ausencia. Una mujer llegó a reclamar por el animal y aseguró que le pertenecía. Al parecer, su marido lo había encontrado en la calle y se lo obsequió.
Lo más llamativo es que se trata de una vecina de la zona, por lo que todo este tiempo Cash estuvo a cuadras de su familia. Le explicaron la situación y el can se quedó con sus seres queridos.