Tiantian nació en diciembre de 2017, cuatro años después de que sus padres murieran en un accidente de tránsito. En marzo de 2013, Shen Jie y Liu Xi chocaron en la provincia costera de Jiangsu, en China, cuando ya estaban muy avanzados los trámites para hacer la fertilización asistida.
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Restaban solo cinco días para realizar el implante de uno de los embriones fertilizados a Liu. A partir de entonces y durante los próximos tres años, los padres de las víctimas lucharon por los derechos de cuatro embriones que se mantenían congelados, informó The Guardian con información de Beijing News. Allí había vida.
Tras una larga batalla judicial, la Justicia falló a favor de los aspirantes a abuelos. "Los embriones dejados por Shen Jie y Liu Xi se han convertido en los únicos portadores de las líneas de sangre de ambas familias", fue el fundamento principal de la sentencia.
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Ahora quedaba otro paso: la subrogación de vientre. Como en China es ilegal, una agencia realizó los arreglos para conseguir una mujer en Laos que quiera gestar al bebé. Tiantian nació en un hospital Guangzhou en diciembre. Al regresar a su país, los abuelos debieron realizar una prueba de ADN para comprobar el parentesco. Lograron la custodia.