Un órgano nuevo en el cuerpo humano, el más grande, después de la piel. Es lo que investigadores de la Escuela Universitaria de Medicina de Nueva York lograron identificar. Se trata del intersticio, una red de cavidades llenas de líquido que se ubica bajo la piel, entre los músculos y en el revestimiento de los pulmones, de los vasos sanguíneos, del sistema digestivo y del sistema excretor.
Si bien los médicos David Carr-Locke y Petros Benias observaron las cavidades del intersticio por primera vez en 2015, al examinar a un paciente con cáncer, recién ahora pudieron ver las células del órgano, gracias a una técnica moderna conocida como "endomicroscopia por láser confocal".
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La misma consiste en introducir en el cuerpo un tubo flexible equipado con un láser y sensores que detectan reflejos fluorescentes de los tejidos. Estos espacios huecos, pasan desapercibidos bajo el microscopio, ya que sus conductos se vacían y aplanan, dando la impresión de un tejido denso y macizo.
Los científicos explican que la importancia de este órgano radica en que podría actuar como amortiguador, evitando que se desgarren los tejidos por el movimiento de los músculos, las vísceras y los vasos sanguíneos. Además, el líquido que producen sus células alimentan el sistama linfático, que se encarga de las respuestas inflamatorias y mantener los glóbulos blancos del sistema inmune.
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Los autores del estudio también creen que el intersticio puede tener un papel clave en la proliferación del cáncer. “Este descubrimiento tiene el potencial de impulsar avances radicales en medicina, incluida la posibilidad de que tomar muestras del fluido intersticial se convierta en una potente herramienta de diagnóstico”, afirmó el autor principal del estudio, Neil Theise, en un comunicado.