En muchos pueblos del interior de Buenos Aires la desaparición del ferrocarril influyó de manera determinante: allí el tiempo pareció detenerse. Uno de ellos es la localidad de Carlos Beguerie, que se encuentra a 140 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.
“Es un pueblo que como tantos otros que cuando dejó de pasar el tren se murieron, pero este sobrevivió aunque de 1200 habitantes pasó a tener 40 y ahora somos 450”, contó Paula a TN. Ella es "la artista del lugar", y junto con Rubén, su pareja, decidieron abrir un "hotel artístico".
Esta mujer vivía en Banfield hasta que en medio de la crisis económica de 2001 tomó la decisión de buscar una nueva oportunidad en la zona rural. Primero se mudó a Roque Pérez, que tiene casi 10.000 habitantes. “Fue la mejor opción que tomé en mi vida y no lo cambio por nada en el mundo”, declaró.
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Gracias a su capacidad de hacer manualidades, pudo llevar adelante su vida entre distintos oficios autodidactas. Pero en 2017 surgió la posibilidad de cambiar de nuevo el rumbo: comprar a 100 mil pesos una casa en la vecina localidad de Carlos Beguerie. Lo hizo casi sin pensarlo.
Empezó trabajando sobre los problemas de humedad de la antigua vivienda, que según estima tiene más de 100 años. Si bien no sabía sobre mosaiquismo, comenzó a pegar pequeñas piezas de cerámica que encontraba en la calle: “Dibujaba aves típicas del pueblo y de un momento al otro terminamos cubriendo el 100% del lugar”.
Con el tiempo Paula y Rubén, transfromaron la pequeña casa en un alojamiento llamado "El Rebusque". Fue por uno de sus huéspedes que tiempo después se enteraron de que la técnica artística que caracteriza al hospedaje se llama "trencadis". Con 6 lugares, cobran 12.000 pesos dos días y una noche.
Pero la historia no terminó en ese colorido edificio, sino que Paula se lanzó al desafío de llevar su arte a las calles de Carlos Beguerie. Ella manifestó que la iniciativa "fue porque ya no nos entra un solo cerámico ahí”.
“Empezamos con una reparación y terminamos haciendo arte a cielo abierto”, comentó la artista.
Desde entonces se ven representaciones de aves autóctonas y otros animales en los postes de luz, las dos plazas y los distintos murales. También resaltan algunos proyectos que los habitantes de la localidad le fueron encargando, como un homenaje a los combatientes de Malvinas.
Paula relató que es muy significativo "que la gente disfrute" del arte que ella hace. "Cuando te dicen algo lindo te inspiran a seguir creando cosas, pero no para uno sino para el pueblo”.
“Mi sueño es que sea reconocido como el pueblo rural del Trencadis", confesó.