Una mujer de Manhattan llamada Cailey Fiesel compró un vestido negro de la marca española, Zara, en la ciudad de Greenwich, Connecticut.
Gran sorpresa se llevó el día que fue a usarlo para ir a su trabajo. Se lo puso y mientras estaba trabajando, la joven de 24 años empezó a notar un olor fuerte y no entendía de dónde provenía.
Finalmente, notó que algo le rozaba la pierna, y al intentar arrancarlo, se dio cuenta que no era un hilo, como pensaba, sino la pata de una rata muerta. El resto del cuerpo del roedor estaba atrapado entre las telas.
La mujer afectada contó que además tuvo una erupción en la piel y los médicos diagnosticaron que era a causa de la rata, por lo que Fiesel decidió demandar a Zara por daños no especificados al decir que el vestido pudo generarle "lesiones personales y angustia emocional".
Un vocero de la sucursal estadounidense de Zara dijo que la firma "está al tanto de la demanda" y "está investigando el asunto", aunque ha recordado que su empresa sigue "estrictas políticas de salud y seguridad".