Oneal Ron Morris creía cumplir los deseos de sus pacientes con sus extraña receta. Era tal su confianza que se inyectaba a sí misma sustancias que incluian cemento y pegamento. Sin embargo, la Justicia determinó lo contrario: fue condenada a 10 años de prisión y otros cinco de libertad condicional.
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La mujer transgénero de 36 años fue encontrada culpable por la muerte de una paciente en 2012, luego de recibir 10 inyecciones entre 2007 y 2010. Además, se comprobó que la falsa cirujana de Florida, Estados Unidos, operaba sin licencia.
Juanita Nuby, la víctima fatal que tenía 31 años, sufrió una falla respiratoria por "migración masiva sistémica de silicona" en su organismo, luego de realizarse las inyecciones caderas y glúteos. "Mi hija murió como una de las más inhumanas muertes", señaló durante la audiencia la madre de Nuby.
Morris ya había pasado un año en prisión por el ejercicio ilegal de la medicina y por utilizar elementos tóxicos para sus operaciones. La mujer deformó su propio cuerpo con sus recetas.