Mateo Giosa es oriundo de la localidad de Canals, tiene 23 años y al terminar la escuela se fue a Córdoba Capital para estudiar. Pero a los pocos meses volvió porque al ver a su papá trabajando en el campo se dio cuenta de que eso era lo que le gustaba.
"Desde los 18 años estoy en esta actividad, y no me equivoqué en lo más mínimo", contó el joven a Clarín en una entrevista. "Mi abuelo Oscar, con sus 96 años, se sube solo a la cosechadora y si intentás ayudarlo, se enoja”, expresó sobre la pasión de quien inició el negocio familiar.
Oscar vino desde Uruguay en la década de 1940. Su nieto relató: "Comenzó en el campo con los hermanos, con maquinaria, en esa época tuvieron un año malo y luego de esa experiencia se separó de los hermanos y quedó trabajando solo con mi abuela Amalia".
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"Luego comenzó mi papá Gerardo en una cerealera de Canals, después arrancó con una arrolladora, y más tarde con una rastra de discos. Empezó haciendo rollos, y a eso le sumó una picadora de arrastre y una sembradora. Al tiempo compró un tractor un poco más grande y así fue creciendo. También hacían algo de engorde de hacienda, es decir, compraban animales y los vendían”, sumó el joven.
Sobre las tareas a las que se dedican hoy en día, Mateo explicó: “Hacemos cosecha de granos, pulverizamos, trabajamos con rastra de discos. Es decir, hacemos de todo un poco”. Él y sus familiares se ocupan de campos alquilados y propios, que en total suman unas 1.400 hectáreas al año.