Es una cuestión de higiene. Por lo tanto, dejamos afuera cualquier doble sentido a la noticia. El bioquímico y empresario Eduard Gevorkyan se unió al economista Iván Giner y al técnico Miguel Ángel Levanteri y juntos diseñaron el mingitorio inteligente.
Se trata de un sistema de sensores que detectan el miembro masculino y ponen en marcha una cortina de agua con jabón primero y de aire para el secado después. La temperatura del agua varía según la estación del año. El agua tiene doble función, limpiar el miembro y el mingitorio.
El agua cae durante tres segundo y el proceso de secado también. En total, sólo se demora seis segundos. El sistema de aire es igual a un secador de mano.
El tamaño o la forma del pene no modifican el servicio que se presta. “Para que nadie se sienta discriminado”, explicó uno de los diseñadores quien aseguró que el aparato se adapta al usuario.
El objetivo principal es que el usuario no tenga ningún tipo de contacto y la experiencia sea lo más higiénica posible.
El invento es tan interesante que ya hay empresas interesadas en comprarles la licencia. Una española ofreció casi un millón de dólares para quedarse con la patente.