Kirsten Kinch, pasó tres días en el exterior con su familia y antes de viajar dejó a Nova, su perra husky en una conocida perrera de Irlanda. La mascota sufría un continuo problema de colitis, por lo que estaba medicada y estable. Antes de dejarla, un veterinario la había revisado y había constatado que se encontraba en buen estado.
Sin embargo, cuando la mujer volvió a buscar su perra, se encontró con la peor noticia. Nova estaba muerta y se la entregaron de la peor manera. "Me llevaron a ver a mi precioso perro que había sido envuelto, en lo que sólo puedo describir como una pelota, en una bolsa negra que estaba cubierta con cinta adhesiva", contó apenada su dueña."No hay palabras para describir lo perturbador y traumático que fue llevarla al coche y llevarla a casa de una manera que parecía completamente inhumana", agregó.
Explicaciones
La veterinaria explicó que la perra había amanecido muerta y la habían encontrado “envuelta en su propia sangre. Y además, intentaron justificar por qué lo envolvieron en un paquete encintado. Uno de los argumentos que dieron fue que la perra era demasiado grande y no les entraba en el congelador. Y otro, fue el miedo a que los demás animales se contagien de colitis, enfermedad intestinal inflamatoria de los perros. Según explicaron, si no se trata rápidamente, puede matar en 72 horas.
Desde que la dueña hizo la publicación en Facebook, una ola de amantes de las mascotas se manifestaron indignados con lo que pasó y se abrió una petición para que cierre la guardería P&E Boarding Kennels and Cattery. En pocas horas, ya había más de 3000 firmas reunidas.