Corría abril de 2008 y Francisco Manuel Crespo, necesitaba con urgencia ser intervenido quirúrgicamente de un tumor cerebral. Pero la recomendación médica nunca su concretó: su salud quedó en manos de su mujer, Clara Inés Ibarra, la dueña de un herbolario de Alicante, España.
Ahora, la mujer es acusada de haberlo mantenido secuestrado en la casa, maltratándolo e impidiéndole que recurrira a la medicina tradicional. El hombre fue rescatado por su familia y la policía y finalmente se operó, pero acabó falleciendo cuatro años más tarde, a los 49 años.
Los delitos por los que será juzgada la mujer son dos: detención ilegal y atentar contra la integridad moral. Se presume que Clara Inés sometió al enfermo durante semanas a un “riguroso control físico” en el que incluso restringió “la alimentación al máximo en calidad y cantidad”. Esto se agrava ya que lo habría mantenido encerrado en una habitación completamente aislado bajo el pretexto de que su tratamiento lo desaconsejaba.
En febrero de 2009, el hombre fue rescatado por su madre, quien llegó al departamento alertada por un mensaje enviado a un celular de un amigo. "Cuando entré en la habitación estaba en un colchón, desnudo, solo con un pañal y lleno de manchas de orines", contó la mujer. "Estaba destrozado, con la cara como desfigurada y cuando salió lloraba como un niño”, agregó el amigo al que la víctima le pidió auxilio.
Una vez libre, el hombre denunció a la esposa, acusándola de querer matarlo. Durante el proceso de divorcio la Justicia le otorgó la custodia de los dos hijos y años más tarde ocurrió su lamentable muerte.
Hoy la mujer niega haberlo secuestrado e impedirle que se operara. "Yo me casé con mi marido para estar con él en las buenas y en las malas. Estuve en las malas incondicionalmente y por eso estoy hoy aquí. No me arrepiento de haberle cuidado como lo cuidé porque lo hice con todo el amor del mundo”, manifestó durante una de las audiencias. Según ella, fue él quien voluntariamente no quiso entrar al quirófano "por miedo a morir".