Las enormes figuras de piedra fueron encargadas al artista Troiano Troiani por el arquitecto José Hortal, en la década del 30 y están a la vista de todos.
Según un mito urbano, se trata del monumento al soborno en la Argentina. Las figuras se encuentran emplazadas en el viejo edificio de Obras Públicas de la Nación, en la avenida 9 de Julio, Buenos Aires. Allí, hoy funciona el Ministerio de Salud. Actualmente, este lugar lleva el nombre de Edificio de Evita y es donde está emplazado el mural gigante de la líder política.
En su libro “El Negocio Político de la Obra Pública”, el periodista Luis Gasulla rescató parte de la historia de las estatuas de Hortel. En el trabajo, el escritor repasó cómo el soborno, la coima, el sobreprecio y las empresas de los amigos dilapidaron la riqueza de la Argentina en favor de muchos políticos y empresarios.
Si bien no hay ningún documento oficial que certifique el verdadero sentido de estas obras, la arquitecta Cristina Beatríz Fernández experta en monumentos convalidó el mito urbano. "Los artistas incurrían muchas veces en una especie de juego o guiño imaginario con el otro. Especialmente, esto ocurría cuando había algo del contexto en que vivían que los inquietaba”, indicó.