El bunker militar fue construido entre las décadas del 50 y el 60. Oficialmente dijeron que se trataba de un laboratorio científico para estudiar el Ártico, pero después se supo que se llamaba “Gusano de Hielo”. Era un ambicioso proyecto para almacenar toneladas de bombas preparadas, para enfrentar la llamada Guerra Fría.
En realidad, los constructores nunca la terminaron. Se dieron cuenta que el hielo estaba en movimiento constantemente y temían que las estructuras no resistan. Lo que no se imaginaron es el fenómeno del cambio climático y sus consecuencias. Los edificios quedaron al descubierto y ya no queda nada para esconder. Está todo a la vista.
Las instalaciones constan de una red de túneles para albergar laboratorios, un hospital, un cine y una iglesia. El sistema era alimentado por un reactor nuclear, que fue retirado del lugar.
El hallazgo desató un fuerte polémica con Dinamarca y Groenlandia. En la zona, se encontraron aguas contaminadas y residuos nucleares. Según los científicos, hay serios riesgos ambientales.