Jordan Adlard Rogers tiene 31 años y no llegó a conocer a su verdadero padre. Comprobó que era hijo de Charles Rogers luego de su muerte y heredó una finca de 620 hectáreas que contiene un castillo, en Inglaterra: todo está valuado en unos 60 millones de dólares.
Según contó a The Independent, este enfermero británico sospechó desde los ocho años que Rogers era su padre. A partir de sus 18 años, el joven intentó contactarse con el aristócrata para hacerse la prueba de ADN, pero nunca recibió respuestas.
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Charles, quien sufría grandes problemas de adicción a las drogas y terminó viviendo en la indigencia por voluntad propia, murió por sobredosis a los 62 años. A pesar de la oposición de familiares, Jordan logró realizarse el test y comprobó que era el único heredero de la fortuna, ya que la madre y el hermano de su padre también habían fallecido.
"Ahora me voy a empezar a acomodar acá. La gente dice que tengo suerte, pero cambiaría cualquier cosa por volver el tiempo atrás y decirle a Charles que soy su hijo. Quizás él podría haber tomado un camino diferente", expresó el enfermero.
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"No necesito trabajar nunca más, así que quiero crear una fundación para ayudar a la comunidad. Antes me preocupaba por pagar mi próxima factura y había tenido un duro comienzo en la vida, pero ahora estoy aquí para ayudar a la gente", aseguró. "Nunca voy a olvidar de donde vengo", cerró.