De Alta Gracia a triunfar con la gastronomía en Estados Unidos. Daniela Moreira nunca se imaginó hasta dónde iba a llegar cuando dejó Córdoba a los 20 años. Se fue con un programa para ser niñera y con el tiempo consiguió una beca para estudiar en el Culinary Institute of America de Nueva York.
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Pero sin dudas, el momento más destacado de su vida fue cuando en enero de 2021, el presidente Joe Biden, a una semana de asumir, le pidió a su comitiva frenar para comparar un “bagel” en el local de Daniela. “Fue justo cuando acababa de asumir. Después de ir a misa, pasó con su nieta a buscar los bagels para desayunar en la Casa Blanca”, relató la joven en Seguimos en El Doce.
Sobre la especialidad de la casa, explicó: “Es como una especie de pan muy tradicional. Es un sándwich pero muy común para los desayunos”. La visita del mandatario demócrata fue un antes y un después en su negocio.
Sin embargo, la chef confesó que se hizo especialista en “bagel” sin tener idea de qué se trataba: “No entendía por qué era tan popular. El desayuno para mí eran las facturas con dulce de leche”. Mientras trabajaba en la pizzería que había puesto con su actual marido, consiguieron un inversor y fundaron el nuevo negocio.
“Mi esposo me preguntó si quería abrir un bagel shop. Le dije que sí, pero al otro día me di cuenta de que no sabía cómo se hacían”. Daniela contó que la primera receta fue un momento de alegría y frustración: “Todos los empleados me dijeron que estaba rico pero llegó mi esposo a probarlo y me dijo no, 'esto es pan con agujeros'. Me llevó tiempo, como diez meses y mucha prueba y error”.
Hoy, el emprendimiento es un éxito. Actualmente tienen siete locales y están próximos a abrir uno nuevo en Colorado.
La historia de amor con su esposo estadounidense
Se conocieron en un mercado de productores. Andrew tenía horno móvil a leña donde hacía pizzas. Daniela lo vio y se dio cuenta que eso era lo que quería hacer cuando volviera a Argentina -algo que nunca ocurrió-. “Mi idea era aprender de él para robarle la idea y volverme a Alta gracia y abrir una pizzería”, indicó.
La vida y el amor o el destino le tenían preparada otras cosas porque sus caminos fueron muy diferentes. Primero fueron socios, después se enamoraron y ahora no paran de crecer con sus negocios. Además esperan su primer hijo. “Empecé a trabajar con él y me enamoré del negocio y la energía. Unos años después me terminé enamorando de él”, cerró.