Hace 20 meses atrás, la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (NAS) sostuvo que sería “irresponsable” hacer una edición de genes en embriones con fines medicinales.
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A comienzo de este año, la misma organización ratificó parcialmente la decisión anterior, declarando que esa técnica ofrece "una posibilidad realista que merece consideración seria".
La Oregon Health and Science University (OHSU) de Portland se alineó a esta última posición científica y comenzó, por primera vez en Norteamérica, manipulaciones sobre el genoma humano en el arranque del desarrollo.
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Según la revista Technology Review, los investigadores dicen haber encontrado un camino seguro que abre las posibilidades de corregir defectos genéticos en enfermedades hereditarias.
La técnica, llamada CRISPR, consiste en la aplicar tijeras moleculares que recortan el ADN afectado por alguna clase de alteración para ser reemplazarlos por “otros genes sanos”.
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Este tipo de tecnología está prohibida en muchos países. Los llamados “bebes de diseño” son blanco de conflictos morales y éticos por la sociedad entera. Según los estudiosos de Portland, para alivianar el debate moral, los ensayos se hacen con embriones de pocos días sin implantarlos dentro del útero.