El amor llevó a Deborah Babu a dar un giro de 180 grados en su vida. La mujer pasó de vivir en una cómoda casa en la ciudad norteamericana de Sacramento, en California, a cocinar todas sus comidas en fogatas y no tener agua corriente.
La jubilada de 60 años dejó atrás todo para empezar una nueva vida con Saitoty Babu, un joven de 30 años de la tribu Masái, de Tanzania.
Según publicó The Sun, se conocieron en 2017 durante las vacaciones de Deborah en el país de África Oriental. Saitoty le ofreció unos souvenirs y, aunque la expolicía no los aceptó, le pidió una foto e intercambiaron números de teléfono.
La atracción se dio al poco tiempo cuando volvió a Estados Unidos y empezaron a chatear. A los meses la mujer volvió a visitarlo y el tanzano no perdió tiempo: de inmediato le propuso matrimonio. En junio de 2018 se casaron en una tradicional ceremonia masái y legalizaron sus votos por el gobierno estadounidense.
El tabú de la diferencia de edad
La californiana aclaró que en un principio tuvo ciertas reservas sobre la relación. "Yo era una mujer feliz y soltera y me resistía a salir con alguien 30 años menor”, señaló. Pero aclaró que fueron sus propios hijos quienes la animaron a abrir su corazón.
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Al respecto, su esposo manifestó: “La edad es sólo un número y no impide el amor y el cuidado que siento por mi mujer".
Aún así ambos han sido duramente criticados. Deborah precisó que hay quienes le preguntan si lo “adoptó”, si es “su abuela” o incluso si sólo contrajeron matrimonio para que él pudiera acceder a un permiso de residencia en Estados Unidos. “Nosotros nos centramos en nuestra felicidad, sin importar el qué dirán", concluyó.