Los Ibarra vivieron un verano inolvidable. La familia de Moreno (Buenos Aires) recorrió en bicicleta 1.120 kilómetros para poder cumplir un sueño: conocer el océano. Tras pedalear más de dos semanas llegaron a Mar del Plata.
Hernán, papá del grupo, contó a TN que la iniciativa nació de una necesidad. No tenían plata suficiente para trasladarse de otro modo.
Para cuidar a sus hijos (el más chico tiene seis años), salieron el 28 de diciembre a la noche y evitaron el tráfico pesado de la temporada. Después viajaron siempre de día y solo por caminos rurales.
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La mayoría de las veces se hospedaron en campings aunque en muchos otros casos los vecinos les abrieron las puertas de sus casas.
La mejores anécdotas
La primera parada fue Tandil. Allí conocieron a Tati, un lugareño que los convidó con un gran asado y los llevó a pasear. Sin saberlo, festejó junto a Hernán su primer cumpleaños en 42 años. Ibarra detalló que de chico su familia tuvo muchos problemas económicos, por lo que nunca se habituó a las celebraciones.
De allí siguieron a Balcarce. Su historia llegó hasta el municipio, que los recibió a través del Ministerio de Turismo y les regalaron unas noches en el camping polideportivo.
En los últimos 68 kilómetros empezaron los problemas técnicos. Pincharon cinco veces y rompieron un eje, un pedal y la masa de una de las bicis.
Así y todo, medio desarmados, llegaron a Mar del Plata. Después de descansar dos semanas decidieron redoblar la apuesta y en lugar de emprender el regreso en tren como tenía previsto volvieron al ruedo.
En el segundo recorrido pasaron por Maipú, Chascomús y Castelli. Ahora, ya de vuelta en su casa, preparan una odisea aún más ambiciosa: sueñan con pedalear hasta Paraguay, en donde vive el abuelo de los chicos.