"La realidad superó a la ficción". Esta frase hecha se ajustó perfectamente a lo que ocurrió hace una semana en una conexión sin escalas entre Córdoba y Mar del Plata. Carina Rosavik y Carolina Sangiorgi se enteraron que eran hermanas 44 años después de ser separadas. Una especie de parodia de la película Juego de Gemelas, aunque real y mucho más emotiva.
+ MIRÁ MÁS: Condenado por manejar borracho y matar: la dolorosa reacción de la sobreviviente
La reunión entre las dos mujeres se dio gracias a un cruzamiento de datos genéticos entre la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) y Abuelas de Plaza de Mayo desde 2017. Después de cotejar que la compatibilidad sanguínea era tal, las reacciones de alegría explotaron en los respectivos hogares.
Por el lado de Carina, reveló a Telenoche que cuando le comunicaron la noticia no lo podía creer. "¿Me estás jodiendo?", preguntó al momento de enterarse. Acto seguido, le transmitió la buena nueva a su familia, que festejó con gran algarabía.
"Yo llamé a Conadi y me confirmaron que había una hermandad del 100 por ciento. No entendía absolutamente nada", contó Carolina.
+ VIDEO: Dos hermanas se reencontraron a 44 años de ser separadas:
Historias de vida
El primer encuentro fue en Córdoba, donde vive Carina, que recordó su infancia llena de dudas respecto a su identidad. "Siempre supe la verdad de mi adopción. Lo presentía desde los 5 años, de que esos papás no eran los míos. Pregunté un par de veces pero nunca me dijeron nada", manifestó.
A partir de 1999, comenzó a buscar las respuestas que en su entorno familiar no le brindaban. "Todos sabían que era adoptada pero no había ningún dato certero de mi adopción", concluyó.
El caso de Carolina, que reside en Mar del Plata, fue diferente. Desde el primer momento supo que era adoptada y recibió ayuda de sus parientes de acogida para encontrar sus raíces. Sobre el reencuentro con Carina, expresó: "Cuando la vi era como mirarme en un espejo, porque me vi re parecida en todo, fue increíble. Nos abrazamos y no dejábamos de hacerlo".
Los familiares de las hermanas también festejaron la reunión que se postergó durante 44 años. La alegría de conocer a sus primos, cuñados y sobrinos embargó los corazones que volvieron a latir en la misma frecuencia, confirmando plenamente otra frase hecha: "la sangre tira".