¿Cuánto le puede doler a un niño que los papás lo cambien de jardín? La respuesta la dio, con un gesto emocionante, un nene llamado Luciano.
En el jardín de infantes, se hizo uña y carne con Mauricio. Pero su familia se mudó a Río Grande, lo cambiaron de escuela y no supo más nada de su compinche.
Con la ilusión de reencontrarlo, el pequeño de 9 años recordó el rostro de Mauricio y, luego de cuatro años, lo dibujó. "Es mi primer mejor amigo. Lo busco porque en el jardín que lo conocí, cuando me caí de nariz al piso, me salió sangre y él vino y me ayudó. Él era nuevo pero llamó a las enfermeras y me trajo un papelito para que me deje de sangrar. Ahí me hice amigo", le contó Luciano a La Nación.
"Desde que se separó del compañerito me pedía que lo busque, pero pasaron los años y yo no tenía ningún dato del nene. No sabía cómo buscarlo. Entonces le dije: 'Vos hacé un dibujo del nene y yo lo subo a ver si alguien lo conoce'. Hasta ahora, el único contacto que tuve fue el de una mamá de otro compañerito que dijo ubicar al nene y que cuando lo encuentre en el barrio le va a avisar", se ilusionó Jequi, la mamá.