Dean Mayhew vive en Gran Bretaña y tiene siete hijos. Como es un cliente habitual de una cadena de supermercados decidió sacar la tarjeta que ofrece descuentos. Sin embargo, siempre se la olvidaba.
Ante eso, tuvo una insólita idea: decidió tatuarse el código QR que traía el plástico y ¡funcionó! Ahora, cada vez que va a comprar al supermercado acumula puntos y obtiene descuentos.
“La gente dice que es algo típico que yo haría. No suelo ser el tipo más inteligente pero dicen que para mis estándares es algo bastante bien pensado”, contó a medios locales. Y agregó que al tener siete hijos va al super al menos tres veces al día.
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“Siempre que vengo a comprar me preguntan si tengo mi tarjeta y siempre la olvido o la pierdo”, comentó Mayhew que después de tatuarse fue con su tatuador al local para probar si el QR funcionaba.
Finalmente, dijo que fue una idea “útil y divertida” y espera que, cuando el tatuaje se cure, siga funcionando.
+ El tatuaje y el código QR: