Tattboy Holden, un australiano de 48 años, cambió su nombre legal en 2014 y hasta su apariencia. Adoptó la aguja y la tinta como un estilo de vida y por una insólita razón. Lleva gastado 80 mil dólares y su piel se volvió multicolor.
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El exótico hombre fue sometido a una operación luego de tomar un fármaco que le provocó efectos secundarios. Esa intervención no resultó exitosa y le dejó daños irreversibles en los nervios. Desde ese día, su vida cambió por completo y sus días se volvieron eternos debido al síndrome del dolor crónico.
Ya no encontraba la forma para combatir esa constante que lo aquejaba a cada instante. Por eso, encontró en el arte del tatuaje una calma que jamás imaginó sentir. Los tatuajes se volvieron un tratamiento eficaz para su afección.
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“El dolor crónico regresa con el tiempo, pero es una liberación. Decidí quedarme completamente cubierto, ese es mi objetivo. Es un largo viaje que me llevará toda la vida". relató Holden.
Lo que más sorprende es que lleva 100 tatuajes en lugares impensados, como por ejemplo en el pene y en el globo ocular derecho. ¡Cuánto coraje! Hasta reveló que algunas partes de su cara tienen tres capas. Pero lamentablemente, por su aspecto, llegó a ser calificado como un criminal y no consigue empleo.