Su prontuario está plagado de antecedentes por agresión y daño. Es tan peligroso, que hay más de una decena de hombres tratando de encerrarlo. El perfil criminal de este "temerario prófugo" obligó a una medida urgente de los que aplican la ley: un juez ordenó detener a “Pufi", el delincuente de cuatro patas buscado en Colonia Wanda, Misiones.
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La ironía en la presentación del caso se debe a la insólita y sorpresiva actuación de un miembro de la Justica para atrapar a un perro. Con un oficio, el juez de Paz José Roberto Segovia le solicitó a Felipe Jeleñ, intendente de la localidad mesopotámica, que quite al animal de la vía pública por los daños ocasionados.
Al tratarse de una notificación oficial, el mandatario ejecutó la orden: dispuso que parte de los empleados encargados del tránsito y de las obras públicas dejen su trabajo habitual para dedicarse a dar con el paradero del can. Al parecer, el “fugitivo” es muy escurridizo porque aún no fue atrapado.
Con la “caza” del animal se intenta garantizar la seguridad pública. La respuesta a la denuncia, presentada por algunos pobladores sobre molestias y “daños de consideración”, levantó críticas en las redes. “No hay temas más importantes y urgentes para que trate el Juzgado”, es uno de los muchos cuestionamientos a la función judicial.
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De caer el “prófugo” a manos de los “sabuesos” empleados de la Municipalidad no iría a prisión. Aunque tenía dueño, su destino más probable es el refugio modelo con el que la ciudad cuenta para perros callejeros o perdidos. Si entra en la campaña de adopción, restaría preguntar ¿quién querrá hacerse cargo de ese “angelito”?