El proceso es casi automático: notamos que la batería de nuestro teléfono está en 50 por ciento, 40, 30 y, al instante, comenzamos a cerrar una aplicación tras otra.
Pues bien: eso no sirve para absolutamente nada. Encima, es contraproducente, ya que el sistema operativo debe hacer el esfuerzo para volverlas a ejecutar. Así lo informaron Apple y Google, los gigantes detrás de iOS y Android.
"Cuando cerramos una app, la eliminamos de la memoria RAM del dispositivo. Esto parece beneficioso, pero en realidad es contraproducente. La próxima vez que abramos la aplicación, el dispositivo tendrá que volver a cargarla en memoria", explicó Scott Loveless, ex ejecutivo de la empresa de la manzanita.
Esto es lo que hay que saber: un algoritmo presente tanto en iOS como Android se encarga, por defecto, de gestionar la memoria y cerrar aplicaciones que no usamos por un tiempo. "Hacer esto manualmente es duplicar un trabajo que ya hace el dispositivo. Se supone que somos usuarios, no su equipo de limpieza", graficó Loveless.
En cambio, otros consejos simples sí funcionan: bajar el brillo de pantalla, desactivar las actualizaciones automáticas y activar el modo avión cuando no estemos usando el aparato.