Gonzalo Klusener, autor de uno de los goles en la definición del partido ante All Boys que le permitió a Talleres volver a Primera, tuvo una declaración sorpresiva ante la prensa.
El goleador de la T, emocionado por el ascenso del club, después de 12 años, cometió un furcio que le pudo haber traído problemas en su casa.
El delantero le envió saludos “a su esposa y a su novia”. De inmediato las redes sociales estallaron y Klusener fue uno de los nombres más comentados.
Si bien también hizo alusión a “mis viejos, a mi hermano, a mi sobrina a la gente de Alba Posse, a mi prima, a todos”, quedó la duda, si fue un acto fallido o un sincericidio, en el momento menos oportuno.