Las fiestas de disfraces o temáticas son muy divertidas porque las personas cambian su apariencia para estar acorde al momento. Sin embargo, siempre hay alguno que quiere llamar la atención y termina quedando en ridículo.
Como le sucedió al británico Arran Maye, de 28 años, quien decidió hacerse un tatuaje de henna -colorante marrón-rojito usada para teñir y que también viene en color negro- como elemento creativo a una fiesta mexicana en la ciudad española de Benidorm.
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Sin embargo, en medio de la alegría y la euforia, comenzó a sentir una picazón cerca de su boca. A pesar de sus intentos por aliviar su molestia, todo empeoró y se llenó de ampollas. En el hospital le dijeron que podría necesitar un injerto de piel, pero en otra consulta médica, le explicaron que se trataba de una reacción alérgica y sus vías respiratorias se habían ensanchado.
Jamás imaginó que iba a tener que lidiar con semejante problema por el simple hecho de querer divertirse y marcar la diferencia en una fiesta. Ahora le quedará de por vida una cicatriz culpa de ese tatuaje de mentira.
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Una dermatóloga señaló que la composición de la henna produce efectos adversos porque “para aumentar su durabilidad se adulteran con parafeniliendiamina a concentraciones superiores a las permitidas”.