Como otras tantas películas, la dramática ficción "Impacto profundo" ya tiene su versión real. O al menos en parte: la NASA decidió poner más millones de dólares en la "Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria" para evitar que algún meteorito impacte contra la Tierra.
Tal es la preocupación de los científicos, que el presupuesto pasó de los 4 millones de dólares a los 50 millones en el arranque del 2016. La función del órgano será detectar rocas gigantes y analizar los riesgos que podrían provocar.

A partir de los 130 metros, los asteroides cuya órbita se acerca a nuestro planeta se consideran peligrosos. Uno de los últimos detectados fue el 2003 SD220, que tiene la particularidad de tener un diámetro "invisible", imposible de medir.
En caso de que la distancia se reduzca y las probabilidades de impacto aumenten, el equipo tendrá la misión más difícil: diseñar un operativo para desviar o destruir los meteoritos.