En el último tiempo llamó la atención del público que el príncipe William está en cuclillas en la mayoría de las fotos en las que aparece con su hijo George.
En todos los casos, el príncipe estaba poniéndose a la altura de su hijo, mirándolo a los ojos y tomándose el tiempo para responder sus preguntas sin importar el evento donde estaba.
Se dirige a su hijo fuera de una posición superior. Todo forma parte de un método de crianza llamado "Escucha Activa", una manera respetuosa de comunicarse con los niños, que sólo quieren sentirse escuchados.
El método no es nuevo, ya que sus comienzos son en el año 1957 cuando los psicólogos estadounidenses Carl Rogers y Richard Farson acuñaron el término. Sin embargo, muchos especialistas lo ven como una manera de encarar la vida y las relaciones en general.
En el desarrollo de este método, la prueba más evidente de que el adulto escucha al niño es el contacto visual. Para ello, es importante colocarse a la altura de sus ojos y generar un vínculo más cercano que transmita calma y serenidad.
Lo que los expertos destacan es el aspecto emocional de esta comunicación: escuchar es saber qué es lo que siente el niño, no sólo lo que dice.
Sin embargo, el método de escucha activa no atenta contra los límites ni apunta a criar un niño tirano y egocéntrico.