"No se cómo decirte esto, pero hay una orden de arresto desde 2002. Al parecer alquilaste la película Freddy Got Fingered y jamás la devolviste", así comenzó la charla entre un policía y un ciudadano estadounidense que bien podría formar parte del guion de una sitcom norteamericana. Sin embargo, sucedió de verdad en Carolina del Norte.
Al parecer, hace catorce años, cuando los videoclubes todavía formaban parte de la vida cotidiana de las personsa, James Meyers fue a buscar algo lindo para ver. Eligió la peli, pagó en la caja y se fue. El problema se presentó cuando al vencer el tiempo de devolución de la película, los dueños del local, hicieron una denuncia en su contra. Esa exposición quedó archivada en los registros de la policía.
Tal es así que hace unos días, cuando en un control de rutina, James Meyers fue demorado por un foquito roto, la policía constató sus antecedentes y encuentró un alerta por una orden de detención librada en 2002. La acusación: "apropiación de propiedad alquilada" por el video de esta película:
Según contaron medios locales Meyers pensó que todo era una broma. El policía le explicó que podía terminar con los trámites del día: llevar a su hija a la escuela, ir a trabajar y después entregarse. Así lo hizo Meyers y terminó detenido.
El videoclub cerró hace años pero sus dueños nunca retiraron los cargos y por eso ahora, James Meyers, además de haber pasado un par de horas en la comisaría local, deberá pagar una multa de 200 dólares. Principalmente porque no tiene idea de dónde está la copia de la película.
Al salir en libertad, después de estar un par de horas detenidos, Meyers dijo a la prensa local: “No se están concentrando en los crímenes que realmente valen la pena. Las dos horas que estuve en la oficina del magistrado se podrían haber usado para otra cosa más importante".