Nada de bombas de estruendo ni fuegos artificiales. En algunas ciudades de Medio Oriente prefieren, para los celebraciones sociales, el ruido que hacen las balas cuando salen del fúsil.
Tal es el caso de una boda realizada en Btghrine, Líbano. El recién casado, muy eufórico, quiso celebrar su alegría disparando al aire. Tomó una AK-47 para apuntar al cielo y lanzar una ráfaga de municiones. Al bajar el arma, no calculó la fuerza de retroceso. Resultado: terminó tiroteando a la mesa de invitados.
Una bala, que debía andar por los aires, terminó alojada en el cuerpo del fotógrafo. Resultado: un herido que había que trasladar al hospital.
+ MIRÁ MÁS: El camarógrafo de su boda fue ¡su perro!
Un invitado registró, con el celular, el momento en que el novio perdió el control del arma de origen soviético. Mirá el video:
Momentos después, la agresión accidental pasó a ser intencionada. Algunos miembros de la familia, que acompañaron al baleado al centro de emergencia, agredieron a los médicos que lo asistían. Resultado: un doctor con la cara quebrada.
Según trascendió, es habitual en esta familia festejar "a los tiros" todos los acontecimientos importantes. Pero si se desea continuar con la peligrosa tradición, al menos, el novio debería agarrar el AK-47 con las dos manos. Para no transformar la boda en funeral.