Sin una sóla gota de combustible y usando los rayos del sol para alimentar sus motores, el voló desde Hawai hasta California en sólo 62 horas. De esta manera consiguió una etapa más en su objetivo de dar la vuelta al mundo. En sólo tres días y tres noches recorrió 4528 kilómetros.
El avión fue diseñado y creado en el Politécnico de Lausanna, Suiza. Está hecho de fibra de carbono y sólo pesa 2300 kilogramos, frente a las 180 toneladas de un Jumbo Jet, por ejemplo.
La apertura de alas es de 72 metros (superior a la de un Boing 747) y en ellas están instaladas 17.000 células fotovoltaicas de silicio, que alimentan de energía a cuatro motores eléctricos y cargan 630 kilos de baterías de litio. Así, el Solar Impulse 2 es la primera aeronave solar que puede viajar de día y de noche.
Bertrand Piccard y André Borschberg son los dos suizos que le dieron vida a esta misión el año pasado. El 9 de marzo del 2015 comenzaron el viaje alrededor del globo, con la primera de las 12 etapas previstas, de Abu Dhabi (Emiratos Árabes) a Mascate (Omán). Luego consiguieron llegar a la India, Birmania y China.
El 28 de junio de 2015 partió de una ciudad japonesa volando durante 5 días y 5 noches, hasta llegar hasta la isla estadounidense del Pacífico. Daños irreversibles en las baterías frenaron la misión impidiéndoles volar durante 9 meses.
Se espera que la nave continúe su viaje hacia Nueva York, desde donde está previsto que viaje a Europa, el norte de África y Abu Dhabi, adonde se inició la gira. Los fabricantes intentan demostrar que un futuro con energías renovables es posible. Y, sin dudas, lo que sucedió ayer es una clara muestra de que el objetivo que se proponen sus creadores no está tan lejos.