Sofía limpiaba casas en Jolón, Israel, uno de los lugares más pobres de Tel Aviv, hasta que se anotó en una agencia de modelos y decidieron llevarla a París. Allí conoció a Raf Simons director creativo de Dior y su vida cambio completamente.
Raf la vio y se convenció de que tenía que modelar para Dior. Semanas después abrió su desfile de alta costura, junto a las principales figuras del mundo de Europa, y firmó un contrato por 200.000 euros.
Pero es cuestionada por su corta edad y su delgadez que llama la atención.
El manager de la modelo asegura que siempre está acompañada por un adulto y que no va a dejar los estudios.